Ella sabía que tras un bonito amanecer, el día era más bello, tras el nacimiento de un sol radiante, la luna mengua más silenciosa y las estrellas son capaces de brillar aún más si cabe.
Ella sabía que caminando en compañía de una mano era más sencillo que hacerlo sola y es más fácil llenar de agua la cuneta y plantar flores de colores que dejar que se seque y tan solo crezca matorral.
Ella sabía que la sonrisa, cuando se brinda, sin esperar nada sin interes y sale desde lo más profundo es más cotizada y hermosa.
Ella sabía que era mas difícil sembrar discordia que paz.
Lo que ella no sabía era que tan solo ella pensaba esto.